Es uno de los paseos más cómodos e interesantes desde el punto de vista geológico y ornitológico. La debilidad de los suelos arenosos de la zona y la verticalidad de las paredes del río Perales han provocado una fuerte erosión en las laderas fluviales que resultan toda una lección de interpretación del suelo. Conejos, perdices, abubillas, rabilargos y palomas nos acompañan por caminos cubiertos de encinas, enebros, cornicabras, escobones y olivos.