Bodegas y reposo de ilustres
Entramos en el corazón de la Sierra Oeste y de ahora en adelante el bosque de pinos será tú compañero de camino. Atrás quedan las encinas y huertas, para dar paso a los pinos piñonero y resinero, a las jaras, a los enebros y a las plantas aromáticas que perfuman el viaje hasta llegar a Cadalso de los Vidrios.
Cadalso es un bonito pueblo que combina diversidad de fachadas rústicas con dinteles historiados y blasones, que recuerdan un ilustre pasado que hoy permanece silenciado en la tranquilidad de sus calles. De aquellos tiempos nos queda el palacio de Álvaro de Luna o de Villena, un bello edificio renacentista del siglo XVI; pero lo mejor son sus jardines con cenadores y templetes, el bello estanque del recinto y las viejas huertas, a la izquierda del edificio.
Otro motivo de parada es la iglesia gótico-herreriana de la Asunción de los siglos XV-XVI, construida con piedras de las murallas y lápidas de un cementerio medieval que permanece oculto. El interior es de nave única con bóveda de cañón, presbiterio hexagonal y capillas laterales.
Otro interesante recurso patrimonial es el yacimiento de la iglesia Mudéjar y necrópolis La Mezquita, de origen románico-mudéjar que se remonta hasta el siglo XI, dando fe, del importante pasado de Cadalso de los Vidrios.
Otros lugares de interés son la fuente de los Álamos, frente al palacio y algunas casas solariegas repartidas por las calles Real y San Antón con dinteles, jambas, marcos y frisos historiados como la de los Salvajes, más abajo del Ayuntamiento; y la llamada de los Dávila, lugar de reposo rural y de mucha estima constructiva, en el número 3 de la calle de San Antón, que muestra una imagen de Santa Teresa en el dintel, ya que allí pernoctó la santa en varias ocasiones.
Fue Cadalso plaza importante y por ello aquí descansaron varios monarcas como Isabel la Católica, Carlos V o Felipe II y en su palacio nació el infante Luis María de Borbón, hijo de Carlos IV.
Ahora, aquel rico pasado ha dejado paso a otro recurso de alta calidad y mucho aprecio constructivo como el granito, considerado de los mejores del mundo en sus tres variedades, el blanco cadalso, el blanco cristal y el azul noche. El monumento al cantero, a la entrada de la población, dan buena fe de todo ello. Las canteras se encuentran a ambos lados de la carretera de Pelayos de la Presa, junto al camino que sube a la Peña Muñana. En este espacio se encuentra la zona recreativa de El Venero que cuenta con un Centro de Interpretación de la Naturaleza.
Pero de Cadalso de los Vidrios no te puedes marchar sin probar sus vinos de Denominación de Origen de Madrid, e, integrados en la subzona de San Martín de Valdeiglesias. Cuenta con varias bodegas con una buena oferta de experiencias de Enoturismo y una renombrada Fiesta del Vino: Cadalvín.