Arqueología Zarzalejo y Robledo de Chavela

Zarzalejo
Restos de la calzada romana

Con la conquista de Iberia por los romanos, se trazó de manera sistemática una red de vías de comunicación, que fueron la base de los caminos que hubo en el país hasta la Edad Media. Un buen ejemplo de ello lo encontramos aquí, en la llamada calzada romana de Zarzalejo, que cuenta con algunos tramos muy bien conservados. En otros trechos, la calzada romana ha sobrevenido en camino rural o vía pecuaria; en otras partes del recorrido las piedras que lo formaban han desaparecido.

La Calzada Romana de Zarzalejo se encuentra situada en el límite oriental del término que linda con El Escorial, comienza al final del Camino de la Alberquilla, y está compuesta por una serie de tramos pavimentados que, a lo largo de dos kilómetros aparecen a intervalos regulares.
El tramo mejor conservado es el más meridional, con casi 80 metros de longitud. Tiene un enlosado irregular formado por grandes lajas de granito muy desgastadas y lisas, con pequeños mojones que señalaban sus bordes laterales.

Algunos estudios consideran que esta vía romana podría desembocar en la importante Vía Antonina, que se extendía entre Titulcia y Segovia. Otros consideran que esta vía secundaria confluía con la Calzada de Cercedilla. No existen datos documentales sobre esta calzada, pues no aparece recogida en el Itinerario Antonino (una recopilación de las principales vías del Emperador Diocleciano, en el siglo III).

Lo más probable es que fuera una vía secundaria, un aliviadero o un atajo que confluía con la Calzada de Cercedilla (correspondiente al tramo Titulcia-Miacum-Segovia), aunque todavía no se ha podido establecer un trazado convincente que relacione los tramos conservados en Santa María de la Alameda, El Escorial, Zarzalejo, Galapagar, Torrejón de Velasco, Esquivias y Aranjuez.

Robledo de Chavela
Torreón de Fuentelámparas
Las ruinas de esta antigua atalaya se encuentran en la Dehesa de Fuentelámparas, cercana al barrio de la Estación de Zarzalejo, en una finca privada.
La planta del torreón es rectangular de 11,8 x 9,6 metros de base y de 2 metros de grosor, con una estructura hueca. Está realizada con hiladas de sillarejo de granito local, de las que actualmente sólo se conservan 1,5 metros de altura.
Esta atalaya tiene la peculiaridad de que durante la Guerra Civil se utilizó como fortín, del que aún queda el nido de ametralladoras de forma circular, realizado con parte de la sillería de la torre, además de la utilización de cemento y ladrillos para cerrar la estructura.
El estado de conservación es malo en general, ya que no sólo debió socavar el interior del torreón el nido de ametralladoras, sino que ya debía de estar en estado semirruinoso cuando se volvió a utilizar.
Es difícil estimar la funcionalidad y cronología del edificio. Por su tipología y situación, podría cumplir una función asociada a la protección de pastos y lindes de algún señorío, semejante al torreón de Mirabel. Sin embargo, el grosor de sus muros y su forma de acceso son un indicio de una mayor antigüedad.
También podía haber sido fundado o reutilizado como alojamiento ocasional de los reyes o de su corte en las cacerías que tenían lugar en los frondosos bosques y dehesas del escalón de pie de sierra, desde Viñuelas a Navas del Rey. Esta hipótesis está apoyada por el nombre del cercano Arroyo de Los Palacios.

Cómo llegar: por la carretera M-532, de Fresnedillas a Zarzalejo. En el kilómetro 2 sale un camino hacia el oeste que conduce al Caserío de la Dehesa de la Sierra. Una vez sobrepasado éste, otro camino en dirección sur da acceso al cercado donde se encuentra la torre.