En la época de lluvias los humedales estacionales son un refugio de anfibios y aves migratorias, ofreciendo un espectáculo al caminante. El paisaje se torna en monte bajo tipo matorral, con retamas y magníficos ejemplares de enebros y encinas. Salpicado con multitud de afloraciones graníticas o bolos berroqueños a lo largo del camino, ofreciendo la cara opuesta del perfil que dibujan La Almenara y El Almojón, con aves rapaces en pleno vuelo. Finaliza en el cruce con la M-512, en la finca Las Umbrías que cría faisanes. Esta senda supone una alternativa para continuar el camino de Navahonda.